miércoles, 7 de noviembre de 2018

La realidad que Estados Unidos pretende maquillar con los millones que invierte en su imagen


Estados Unidos se presenta a sí mismo como el mejor país del mundo, la tierra de la igualdad y las oportunidades, a pesar de que la realidad dice todo lo contrario. El capitalismo norteamericano dedica miles de millones de dólares en la construcción de su imagen, esa que consumimos a través de múltiples vías y que se inculca a los estadounidenses desde la cuna, generación tras generación.
En la tierra prometida, millones de personas se encuentran excluidos del sistema de salud. Es un negocio  la salud, no un derecho. En el 2016 la proporción de ciudadanos sin protección era de 27,3 millones y llegó a ser en años anteriores de 48,6 millones.

Los Derechos de los niños en EE. UU.
La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (Art. 37 a) establece que «Ni la pena capital ni la prisión de por vida pueden ser impuestas por delitos cometidos por menores de 18 años». Estados Unidos es el único país que no ratificó esta convención.
En marzo del 2005, la Corte Suprema de Justicia abolió la pena de muerte por delitos cometidos antes de cumplir la edad de 18 años, muchos años después que prácticamente todo el resto del mundo.
A mediados del 2003 había 78 reos en los corredores de la muerte por delitos cometidos cuando eran niños. En los estados del Sur, el 69 % de los menores ejecutados eran negros.
Entre 1984 y el 2002 fueron ejecutados en Estados Unidos 44 retrasados mentales.
El negocio de las prisiones privadas, verdadero engendro del sistema, somete a los niños a regímenes extremos de crueldad. En la Florida existen alrededor de 200 entidades privadas para el encierro de menores.
Uno de cada cinco niños y una de cada tres niñas sufre abuso sexual antes de cumplir los 18 años. La pobreza, las carencias y la explotación llevan a que miles de niños sean vendidos a cambio de sexo. El fbi asegura que el abuso sexual infantil ha llegado a niveles casi epidémicos. Una verdadera desgracia que se agrava en el caso de los emigrantes, vulnerables hoy como nunca, gracias a la política de Donald Trump y a la acción de las mafias de tráfico de personas.

El Racismo
Tendría que transcurrir casi un siglo para que la esclavitud desapareciese como institución en ee. uu. La declaración de que «todos los hombres son creados iguales» no incluía a los esclavos, ni a las minorías.
La Sección 2 del Artículo 1 de la Constitución de Estados Unidos estipulaba que, para la representación de los estados en el Congreso, el valor de un esclavo negro era el de 3/5 de una persona.
En septiembre de 1862, Lincoln firmó la Proclamación de Emancipación, pero esta liberaba solamente a los esclavos de los territorios rebeldes no ocupados por el ejército de la Unión.
El racismo y la discriminación contra los afrodescendientes, los latinos y otras minorías en Estados Unidos, están muy lejos de haber desaparecido, los negros y latinos siguen viviendo en los peores barrios, asistiendo a las peores escuelas, recibiendo los peores empleos y abarrotando las cárceles del país, los centros de detención de jóvenes y los corredores de la muerte.
En los primeros meses de este año, 123 personas afroamericanas murieron en enfrentamientos con la policía. La mayoría de los policías envueltos en estos asesinatos fueron absueltos.

Cárceles para la migración
La política migratoria de Estados Unidos ha sido siempre racista. Las primeras prisiones privadas de Estados Unidos comenzaron a operar en 1984 como centros de detención de inmigrantes: Aurora Services Processing Center, de Wackenhut, cerca de Denver, Colorado, y Houston Processing Center en Texas. Hoy las cárceles privadas, que lucran con el encarcelamiento de seres humanos, cubren todo el territorio del país.
La detención de inmigrantes se ha convertido en negocio muy lucrativo y, a su sombra, otros muchos negocios colaterales prosperan.
Informes de Florida Immigration Advocacy Centre (fiac) y de Human Rights Watch (hrw) revelaron que, en los centros de detención de inmigrantes, se abusa sistemáticamente de los detenidos, especialmente de las mujeres y los niños. hrw informa de graves violaciones en el trato a las mujeres, como el encadenamiento de embarazadas.

Prisiones de mujeres
Las atrocidades que se cometen en los centros de detención diseñados para quebrar la voluntad de los prisioneros, pueden ser comparadas con las de Abu Ghraib y Guantánamo.
La creación de las High Security Unit (hsu), «unidad de control» experimental para mujeres, situada en la Federal Correctional Institution, de Lexington, es un ejemplo sombrío.
La hsu fue inaugurada en 1986 durante la administración de Ronald Reagan. Constaba de 16 celdas de aislamiento subterráneas donde las prisioneras las 24 horas del día eran vigiladas por cámaras, las sometían a un régimen de privación del sueño, privación sensorial o al llamado «efecto Ganzfeld», para el que se utiliza un estímulo (luz, sonido, etc.) de manera constante y durante largos periodos.
A menudo eran sometidas a humillaciones como el «chequeo de cavidades», que se convertía en acoso sexual al ser realizado por hombres.

Cómo viven las mujeres
Según estadísticas dadas por la Coalición Nacional contra la violencia doméstica (ncadv, por sus siglas en inglés) cada nueve segundos una mujer es golpeada; 38 028 000 mujeres han experimentado violencia física alguna vez en su vida, siendo las mujeres jóvenes (de 18 a 25 años) y las afroamericanas las más afectadas; 35 % más que las blancas.
El diario Huffington Post reportó que el número de mujeres asesinadas por su pareja entre el 2001 y el 2012 fue de 11 766.
El salario medio de las mujeres representa solo el 75 % del de los hombres1. Estados Unidos no tiene una ley nacional sobre licencia remunerada por motivos familiares.
La Comisión para la Igualdad de Oportunidades recibe cada año miles de denuncias de discriminación por embarazo y de acoso sexual2. Estados Unidos es uno de los cinco países en todo el mundo que no asume el sueldo de la madre trabajadora durante el periodo de la maternidad.

El Gobierno de Trump
La campaña para la elección de Donald Trump como presidente en noviembre del 2016 estuvo marcada por un discurso misógino, xenófobo, racista y por el anuncio de políticas que causarían enormes daños a comunidades vulnerables y transgredirían las obligaciones fundamentales de derechos humanos asumidas por Estados Unidos. 
Las propuestas de campaña planteadas por Trump incluyeron la deportación de millones de inmigrantes no autorizados, la reforma de leyes federales para permitir la tortura de personas sospechosas de terrorismo y «llenar» el centro de detención de la Bahía de Guantánamo3. El Presidente ha cumplido hasta ahora  cabalmente sus promesas.
Mucho puede hablarse sobre los derechos humanos de los estadounidenses, esta breve pincelada permite apreciar cuánto de historia construida tiene la afirmación de esa nación como tierra promisoria, país de las libertades y los derechos. La verdad nos presenta su verdadero rostro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario