viernes, 14 de mayo de 2021

El misterio detrás del creador de Telegram

 Poco o nada se sabe en los últimos años del creador de Telegram, Pável Dúrov, sólo que se ha convertido en uno de los hombres más ricos de Rusia, es uno de los jóvenes empresarios más prometedores del mundo y su red social ha superado ya los 500 millones de usuarios.

“Yo pensaba que Dúrov no existía, que sería un mito”, comentó a Efe Rodión Chépel, director del primer documental sobre el emprendedor de 36 años que se puede ver en los cines rusos.


Dúrov es muy celoso de su intimidad. Hizo su última aparición pública en 2017 en Indonesia y hace unos días publicó su primera entrada en Instagram en más de tres años.

“Vive entre Finlandia y Dubái”, comentó a Efe Mijaíl Klimariov, director de la Sociedad de Protección de Internet.


Dúrov es muy celoso de su intimidad. Hizo su última aparición pública en 2017 en Indonesia y hace unos días publicó su primera entrada en Instagram en más de tres años.

“Vive entre Finlandia y Dubái”, comentó a Efe Mijaíl Klimariov, director de la Sociedad de Protección de Internet.

TÓTEM DE INTERNET

“Dúrov”, el documental de Chépel, intenta arrojar luz sobre una figura muy admirada por la juventud rusa, mucho más cercana al líder opositor, Alexéi Navalni, que a la gerontocracia del Kremlin.

“Quiero ser un tótem de internet”, le dijo a su profesor al graduarse en un elitista liceo de San Petersburgo, donde también estudió el conocido matemático Grigori Perelmán.

Dúrov, que nació en la antigua capital zarista y vivió en Italia gran parte de su infancia y adolescencia, lo tenía claro.

Su primer paso en el mundo digital lo dio al ingresar en la facultad de Filología Inglesa de San Petersburgo. Creó un biblioteca virtual con los trabajos de los estudiantes para que estos pudieran ser consultados por otros alumnos (Durov.com).

LA CREACIÓN DE UN IMPERIO

Sin tiempo que perder, en 2006 fundó Vkontakte, el Facebook ruso, que se convirtió rápidamente en la principal red social en Rusia.

El problema es que la influencia de VK era tan grande que llamó la atención del Kremlin, presidido por un hombre de la era analógica que recela especialmente de internet.

La gota que colmó el vaso fue su negativa de bloquear a petición de las autoridades los grupos que organizaron las multitudinarias manifestaciones contra el fraude electoral en 2011.

Bajo presiones, Dúrov acabó vendiendo la plataforma en 2014 a los amigos del Kremlin (mail.ru).

En el momento más álgido de VK, según recoge el documental, lanzó aviones de papel hechos con billetes de dólar desde la ventana de su oficina en la segunda ciudad rusa, gesto premonitorio, ya que un avión de papel es el símbolo de Telegram.

Con ese servicio de mensajería encriptada, Dúrov dio el salto a otra dimensión que le acabaría llevando al exilio.

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