Una imagen ha recorrido redes sociales y sitios en internet durante varios días, causando indignación y rabia en quienes la han visto, comentado, compartido o interactuado con ella de alguna forma. Algunos hasta han reaccionado de manera incrédula ante la irracionalidad y la falta de sentimientos humanos –al menos elementales– que ella representa.
Se trata de una fotografía en la que aparecen jóvenes brasileños, supuestamente seguidores del candidato ultraderechista a la presidencia, Jair Bolsonaro, vestidos con unos pulóveres blancos en los que se muestra la cabeza degollada –y por demás ensangrentada– del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Las camisetas, han explicado algunos medios como Esquerda Diario, han sido distribuidas gratuitamente entre los simpatizantes de Bolsonaro, quienes se han exhibido en las calles con ellas, algunos muy sonrientes, como si se tratara de un espectáculo común y corriente en medio de una campaña electoral.
Pero al observarlos saltan a la vista muchas preguntas y comentarios que, al menos en las redes sociales, han generado cuestionamientos muy fuertes sobre lo que simbólicamente se quiere expresar con una imagen atroz como esa, sobre todo exhibida por jóvenes, y su relación con determinadas manifestaciones que hoy pretenden realzar al fascismo, al oscurantismo y a lo más denigrante del ser humano.
Por otro lado, medios de prensa de varias regiones han resaltado los elogios que el presidente chileno Sebastián Piñera, días atrás, realizara públicamente acerca del candidato brasileño, tan controversiales como poco sorprendentes, tratándose de un mandatario que se harta de sonreír junto a Donald Trump con una bandera norteamericana en sus manos e incrustada en ella la de su país, al estilo más servil que se haya podido conocer.
Y es que muy pocas han sido las reacciones de figuras de su nivel respecto al candidato ultraderechista brasileño que pasó a la segunda vuelta electoral del próximo 28 de octubre con un 46 % de los votos y que si algunos comentarios ha recibido, están más vinculados a lo que representaría su mandato para el retroceso social, económico y progresista de su país y su indudable incidencia en la región.
Pues resulta que a Piñera se le ha ocurrido resaltar respecto a Bolsonaro –durante un foro económico organizado nada más y nada menos que por el diario español El País– que apoya «su enfoque para el desarrollo de Brasil», y aunque lo conoce poco, celebró a su equipo económico y su «plan muy concreto, muy específico sobre cómo van a enfrentar los problemas de Brasil».
«Lo que yo he visto en materia de cómo va enfrentar el tema del desarrollo de Brasil, creo que apunta en la dirección correcta», dijo el Presidente chileno al recordar que el gigante sureño mantiene con su país importantes acuerdos en materias relacionadas a integración económica, modernización de la economía y recuperación de los equilibrios fiscales.
Piñera, sin embargo, señaló no estar de acuerdo con algunos pronunciamientos de Bolsonaro respecto a determinados grupos sociales, pero continuó elogiándolo y repitió sonriente que había sentido «legítimo orgullo» porque Bolsonaro habló de seguir el modelo chileno.
Por supuesto que el presidente chileno hacía referencia a los ataques del ultraderechista brasileño hacia las mujeres, los homosexuales, los negros y los pobres, mediante los cuales ha sido ampliamente criticado dentro y fuera del país.
Por solo recordar algunos ejemplos, para Bolsonaro las mujeres deben ganar menos que los hombres, es un apologista del estupro, dice que sus hijos nunca tendrían relaciones personales con «una negra» porque han sido bien educados y que la homosexualidad es producto de la falta de una buena surra durante la formación.
Como si fuera poco, fue el propio Bolsonaro quien organizó en días pasados un homenaje a un general torturador de la dictadura militar (Brilhante Ustra) tristemente conocido en Brasil y que de solo pronunciar su nombre causa rechazo e indignación en ese país y hace recordar algunas de las épocas más tristes de este continente.
Mañana será un día decisivo para el hermano pueblo de Brasil, quien tendrá en sus manos escoger y delinear su futuro en una campaña que ya ha demostrado ser muy compleja y matizada por reacciones demasiado extremistas, en la que sobra dinero de la derecha y emergen los pocos escrúpulos de quienes pretenden imponer sus intereses, aunque para ello lo hagan teniendo como rostro el terror y la ignominia.
Ojalá no sea ese el mensaje que avizore la realidad que podría sobrevenir si se impusiera la ultraderecha reaccionaria que ya ha demostrado estar bastante alejada de los intereses de las mayorías, como si los más necesitados fueran solo parte de una masa amorfa y sin sentimientos de seres inertes.
Ojalá tampoco existan muchos Piñera capaces de elogiar la infamia por el solo hecho de devolver con una sonrisa un elogio a su modelo económico de país.
EN CONTEXTO:
- Los vínculos y afinidades entre el candidato presidencial ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), y el senador estadounidense Marco Rubio han sido expuestos en un artículo publicado por la revista brasileña Carta Capital.
- Según la fuente, Marco Rubio y Bolsonaro se habrían encontrado en marzo último en la Florida, donde conversaron durante cuatro horas sin que, a pedido del anfitrión, hubiera fotos ni comentarios públicos.
- Se conoce también que uno de los hombres de confianza del ex capitán del Ejército brasileño, Waldir Ferraz, viajaría con frecuencia a Miami para recibir dinero e instrucciones del legislador estadounidense que, de acuerdo con el periodista y filósofo mexicano Luis Alberto Rodríguez «financia y apoya las aspiraciones del político carioca».
- Rubio también recibió en la campaña presidencial del 2012 más de 100 millones de dólares aportados por el magnate de los casinos en Las Vegas, Sheldon Adelson, quien de acuerdo con una autoridad del gobierno de Michel Temer, «colabora con la campaña de Bolsonaro, a través de empresarios judíos-brasileños».
No hay comentarios:
Publicar un comentario